¿Qué más podemos pedir?

Hoy juega México. Voy a reunirme con mis amigos para ver el fut. Hay una cantina en la calle Capulines a la que nos gusta ir. Compramos cinco litros de cerveza y nos regalan botanas. Además, cuando no hay fut nos prestan juegos de mesa, nuestro favorito es la lotería. Apostamos tarros, el que pierde los paga. El muy cabrón de Manolo nunca cumple su apuesta, pero lo dejamos jugar porque anda sin chamba. A los demás no nos va mucho mejor, a mí a duras penas me alcanza, y peor cuando se me descompone el taxi. Siempre ando cansado, es una chinga eso de andar manejando todo el día, ya tengo bien jodida la espalda. Desde que llegó UBER ha sido mucho peor, yo entiendo que hay más gente que necesita sacar lana, pero sí nos pasaron a perjudicar.

Me voy a ir temprano a la cantina para agarrar mesa, porque si nos dejan hasta atrás no vamos a ver ni madres. Carlos va a llegar después, ese güey sale de trabajar hasta las nueve. Trabaja diez horas al día, ¡imagínense!, y yo me quejo por ocho. Miguel siempre llega después porque su esposa se encabrona de que salga a tomar. Pelea con ella como media hora para que lo deje venir. Una vez no pidió permiso y casi lo dejan dormir en la banqueta, piche güey sometido. En mi casa, mi Mary sabe bien quién manda.

Cuando juega México regalan shots de tequila. Están fuertísimos, pero nos los tomamos por amor a la patria. México es tan chingón…Hacemos lo que nos da la gana, cuando nos da la gana. Ya ven cuántas veces han intentado prohibir nuestro grito en la FIFA, aun así, cuando el portero saca, la afición grita a todo pulmón. Yo sí amo a mi país, chingá. Como es septiembre, le pongo una banderita a mi taxi. Mis niños se pintan banderitas en la cara, mi esposa hace el pozole que le enseñó a cocinar mi mamá. Está poca madre.

Ya falta poco para que llegue a la cantina. Sólo me faltan dos semáforos, pero el tráfico está de la chingada. Hoy sí tuve pasaje, gracias a Dios. Saqué para la gasolina, noventa pesos para la casa y doscientos para chupar ahorita. Cierro mis ventanas, porque este cruce está peligroso. La otra vez un limpiaparabrisas me madreó el espejo lateral porque no le di dinero. A otros cuates sí los han asaltado.

Pensándolo bien, voy a pasar a echarme un taco antes, porque si los demás vienen cortos de dinero, no les voy a poder prestar. Por ahí cerca venden unos antojitos deliciosos, encuentras de todo. Tacos de pastor, suadero y chorizo; pambazos, tostadas y hasta elotes preparados. Me encanta la comida mexicana. No sé mucho de historia, pero sí me da orgullo ser mexicano. Cualquiera diría que tiene sus desventajas, por la corrupción y todo eso, pero yo siento que tiene mucho potencial. El ambiente está a toda madre, siempre nos reímos de lo que nos pasa. Aunque ganarse la vida está cabrón, las cosas ya van a cambiar cuando gane AMLO en 2018. Y hoy nuestro equipo va a ganar, ¿qué más podemos pedir?