Y ahora me siento cada vez más mía, sin embargo, tuya.

Me doy cuenta como yo sí controlo mis pensamientos, sin embargo, te pienso.

Caigo en la realidad de que hago cosas por hacerte feliz, sin embargo, las hago por mí.

 

Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo ha pasado. Dejé de escribir a tu memoria cuando me di cuenta de que era mucho para ti. Pero a pesar de las cosas; a pesar del del tiempo que transcurre, de las oportunidades que se me atraviesan o de las nuevas personas que llegan con el propósito de remplazarte yo sigo sufriendo por ti, siendo tuya.

 

Dicen que el dolor es inevitable y que el sufrimiento es opcional, sin embargo; creo yo que he decidido alargar mi sufrimiento más de lo necesario. Y debo admitir que cuando te veo, aún me dueles.

 

Me duele que por estar sufriendo por ti puedo estar perdiéndome de alguien que sufra por mí.  Pero estoy tan aferrada a tu recuerdo que me duele. Me duele no dejarte ir; porque aún sintiéndome cada vez más mía, todavía soy tuya.