Mi interés por la literatura comenzó por el interés a la Ciencia Ficción, en el momento que leí Yo, Robot de Isaac Asimov no pude dejar la lectura hasta terminarla, y eso se debe a que el género es una pregunta por el destino de la humanidad, de las preguntas que nunca dejarán de hacerse ni podrán responderse, de la búsqueda insaciable del hombre por una sociedad perfecta y el uso de la tecnología para conseguirla, pero el mismo nos recuerda siempre el peligro latente en nuestro futuro.
La Ciencia Ficción no es más que un relato de la civilización humana, que no dejará de conocer dictadores, guerras, crímenes, pobreza y todos los problemas con los que los seres humanos crean y lidean desde tiempos inmemoriables. En los textos en esta edición de El Obelisco podemos observar el miedo constante del hombre a su extinción y a lo desconocido, un miedo que lleva a la paranoia y al uso de los avances científicos para intentar controlar el mundo a su alrededor, pero este uso tiende a transformarse en una profecía auto cumplida que guía a la sociedad a la distopía, a la pérdida de la libertad y de nuestra misma humanidad.
El género se popularizó desde los años 20, en los que la tecnología se desarrolló de manera exponencial, y algunas de las ficciones que nacieron en los años desde entonces no sólo se volvieron realidad, sino que muchas de ellas fueron superadas y junto con estas la deshumanización que tanto temían los escritores de la época.
El destino de la raza humana es incierto, y en su misterio, está la inspiración de muchos hombres para criticar lo más cruel de la nuestra naturaleza.
Este número de El Obelisco es el primero en utilizar únicamente material gráfico de autoría propia, esto se logró gracias al excelente trabajo que ha hecho cada uno de sus miembros desde que empezó el semestre y sumado a los increíbles textos que recibimos para esta edición, tenemos 16 páginas de puro talento itamita. Muchas gracias por su colaboración.
– Antonio Trujillo Mondragón
