Contigo seré honesto, triste luna,

diré que pienso.

Te estás reduciendo a ser mi musa y

no tengo lienzo;

solo opacas y eclipsas, tú, mi sol,

cuando te pienso.

Me ciega tu talante y no vivo,

me has vuelto tenso.

 

Mi orgullo me falla y me traiciona:

deja que vayas

por tu vida andando triste y sola,

olas sin playas.

Luna, luna, que me hablas tanto, tanto

y nunca callas,

sonríeme, campante, si te hallo

o tú me hallas.

 

Yo eso te lo pido, bella dama,

pido muy poco,

arreglarás así la mala traza

de este, tu loco.

Luna, luna que me hablas tanto,

tanto y nunca toco,

sonríeme, campante, si te hallo

y te estoco.

¡Ay!, poquito a poco.

 

Di mi nombre completo otra vez

Túmbame, china preciosa;

di mi nombre completo otra vez,

deja sola tu esbelta figura

que me tienes sediento a tus pies.

 

Da una vuelta por estos mis rumbos

que te quiero mirar, pero bien

y además de eso, di algo, te pido:

di mi nombre completo otra vez.

 

Si así fueran mis días, yo iría

a cantar luz en recio tropel

por los lados y calles enteras,

allá en donde yo te puedo ver.

 

Fuerte precio le pongo a la vida:

el candor de tu ser y tu piel,

que han de ser una luz que encandila,

recio fuego que quema también.

 

Y así yerro en mi vida por dunas,

como arena y no tengo quinqué;

tú, sol, vienes y quemas mis ojos,

mas con eso… con eso estoy bien.

 

Por solo eso te pido una cosa,

una cosa de ti, ¡ay, mujer!

No rodees el pinar que camino,

¡di mi nombre completo otra vez!